Hemos dormido en el Hostal Las Sabinas por 40 €, incluida la lavandería, pero para desayunar sólo tenían magdalenas, por lo que hemos decido desayunar en el Español. Antes hemos ido a preparar las bicis. Para poderlas lavar hemos tenido que ir a una gasolinera a 1 km del pueblo. Tras el lavado y engrase, reinflado y alguna cosilla más, hemos vuelto al pueblo, al Hostal El Español a desayunar. Deayuno normal
Hemos salido del pueblo paralelos a la carretera, rodeados de conejos, cientos, que al llegar nosotros cruzaban el camino de un lado a otro. Es lo único que rompia la monotonía en estos 4o km hasta Pina de Ebro.
Después nos hemos separado de la carretera y más de lo mismo, Monegros puros, suerte que soplaba el cierzo, y la temperatura era agradable, aunque nos diese de cara, era agradable.
Para entretenernos hemos ido encontrando tramos con barro, si señor, parece que en los Monegros también llueve, y ayer llovió. Al llegar a Pina de Ebro hemos tenido que labar las bicis, antes de reponer fuerzas, con tortilla de patatas y madejas, que son tripas de cordero, buenísimas
Desde Pina hasta Fuentes, calor y tramo infernal, paralelo a la vía del tren, con rectas interminables, con baches y vibraciones continuas, imaginar como ha quedado nuestro apoyo en el sillin...
Hemos llegado a Fuentes, cocacola en la plaza del pueblo para recuperarnos, foto a la Iglesia y a seguir a El Burgo
En el Burgo, mientras Jordi buscaba donde comer, yo le he hecho una foto al Ayuntamiento. Comida normalita, nada especial.
Como se puede ver muchas ganas de coger la bici no hay, pero después de este momento de concentración tomamos dirección a Zaragoza.
Camino algo mejor, pero al llegar a La Cartuja, hemos decidido parar a la sombra, este es nuestro lamentable aspecto
Desde aquí casi todo el trayecto es por una pista al lado del Ebro
Entramos en Zaragoza, por fin, y nos sentamos,en la Plaza del Pilar, llamamos al Albergue de Zaragoza, un hostel y para allá vamos.
El recepcionista de la tarde es extranjero y un poco lento, pero al final conseguimos hacer la entrada
Tras adecentarnos, al tubo, previa hidratación en una terraza, con unos granizados que me han recuperado, estaba fatal, con un pajarón de cuidado, suerte que ha sido al llegar. Alli hemos cenado en el Buisan, unos huevos rotos con jamón, paseo y gin-tonic en la Plaza de España. Esta ha sido nuestra verbena, la leche.
Y ahora a dormir
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