jueves, 9 de julio de 2015

Etapa 16. Portomarín-Santiago de Compostela. (5/7)

Etapa 16. Portomarín-Santiago de Compostela.93 km. Desnivel 1857m. Etapa 16 en WikilocEtapa 16 en Cicloide

Ultimo día, por fin. Cuando suena el despertador, hoy más pronto, para intentar salir antes, estamos destrozados, sobre todo el dolor de piernas. Conseguimos levantarnos y hacemos las bolsas. Bajamos al comedor a desayunar y lo que encontramos es bastante patético. Dos grupos grandes de estadounidenses e italianos, todo lo pijos que nos podamos imaginar desayunando para "hacer" una etapa del Camino, eso si todo el equipaje se los trasladan al siguiente hotel. Llevan una bolsa, pseudomochila, supongo que para una botellita de agua y los klinex. Luego hay un grupo de españolitos, uno parece una familia tipical spanish, haciendo follón, y aprovechando que el desayuno es buffet libre, para llenar las bolsas de pastas y fruta. Eso si, los platos los dejan con bastante comida que se han servido y no se han comido, impresentable. Hay otro grupo de españoles, chavales jóvenes y en ambos grupos no puede faltar uno de los integrantes con una de las camisetas de su equipo de fútbol.

Mientras desayuno, me pellizco para ver si es real, estoy soñando o es una película de Almodóvar: es real. Pues a seguir desayunando mientras comento la jugada con Jordi, que está igual o más alucinado que yo.

Es verdad que cada uno puede hacer el Camino como quiera, pero que esta gente diga que ha hecho el Camino, y se le de una credencial, igual que la gente que hemos visto caminando por Castilla, no me parece justo. Por eso desde aquí nuestro homenaje a todos los que realmente hacen el Camino, sobre todo caminando, y pedirles a estos turistas pijillos del Camino que reconozcan que lo que hacen no es el Camino, si no un paseo turístico. 

Recogemos nuestras bicis e iniciamos la marcha. Antes unas fotos a Portomarín, con la Iglesia de San Nicolás (XII), traída piedra a piedra desde su emplazamiento en el pueblo original de Portomarín, tras la construcción del Embalse de Belesar que lo anegó.



la Plaza Mayor


Y la calle Compostela, por donde salimos


El día es frío y con niebla, como se que lo que nos espera es una dura subida, no me pongo la chaqueta y aconsejo lo mismo a Jordi. Tras cruzar el puente sobre el río Miño, iniciamos la subida, acompañados por numerosos peregrinos y paseantes,  Al poco tiempo las rampas son duras, y así en frío nos producen un intenso dolor de piernas. Acabamos el ascenso y salimos al andadero, al lado de la carretera, con una fila interminable de peregrinos. Jordi decide que en vista de como está el andadero y de la dureza de las rampas, irá hasta Palas de Rey por carretera, yo decido continuar por el camino. Al inicio van bastante cerca, carretera y Camino, pero poco a poco se van separando. El Camino sigue igual, afortunadamente, el día está con niebla. pero las rampas siguen siendo igual de duras, y el camino sigue lleno de peregrinos, unos más que otros..



En Palas de Rey vuelvo a coincidir con Jordi y reanudamos la marcha hacia Melide, donde esperamos comernos nuestra ración de pulpo. Recuperamos un poco el ritmo y los ánimos, el trayecto no es tan quebrado y parece que avanzamos más rápido.



El canasto de Leboreiro lo han hecho nuevo


Con rapidez llegamos a Furelos, con su puente




Ya estamos a la entrada de Melide, atravesamos la entrada empedrada, supongo que la han hecho para putear un poco más a los ciclistas. Llegamos a la pulpería Ezequiel, el año pasado pasamos demasiado pronto y no pudimos probar el pulpo, hoy si.




Guardamos las bicicletas dentro de la misma pulpería, y nos comemos dos raciones de pulpo. Realmente el pulpo hace honor a la fama del local. Aunque todavía es la una del mediodía nos servirá de comida.

Reponemos fuerzas, y llegamos a Arzúa tras alguna dura rampa, las fuerzas están ya muy justas y cualquier rampa creo que nos parece dura, las piernas se endurecen y duelen, solo nos anima que falta poco. Pasamos Arzúa y entramos en los km. más duros, se alternan tramos de ascenso y descenso continuos con algunas rampas, durísimas que nos dejan destrozados. Los km. no pasan, los mojones marcan 37, 36.5, 36... Se hace interminable, decidimos parar a reponer líquidos, lo haremos dos veces. A partir de A Brea, el recorrido es menos duro y avanzamos otra vez con más rapidez y más animados.



Llegamos a Labacolla, ya casi estamos, pero aquí vuelven a aparecer duras rampas que nos acaban de machacar. En el ascenso al Monte do Gozo, aumentan el numero de "turigrinos" sobre todo italianos, ocupan toda la carretera, como si fueran una manifestación, y algunos ni se apartan parea dejar paso, impresentables, pero ya nada importa, un pequeño ascenso y llegamos al Monte do Gozo.




Prácticamente hemos llegado y nos felicitamos, ha sido duro, pero prácticamente ya estamos. Tras las fotos, descenso a la entrada de Santiago.



Aquí ya celebramos nuestra llegada, por fin, tras 16 jornadas llegamos a Santiago. Tras las fotos nos dirigimos a la catedral, esta vez sin hacer caso a las indicaciones para bicicletas, seguimos el Camino como el resto de peregrinos y entramos en la Plaza do Obradoiro





Llegar a la Plaza siempre emociona, aunque quizás la primera vez de una forma más intensa. Como es lógico nos abrazamos y nos felicitamos, han sido 16 días compartiendo esfuerzos, con sus buenos momentos, la mayoría, y los duros que también los hemos tenido. Llamamos a nuestras familias, enviamos las fotos por WhatsApp y recibimos las primeras felicitaciones por teléfono. Al colgar, el Grupo de WhatsApp que creamos esta lleno de felicitaciones, nuestros  seguidores, amigos y familiares, estaban esperando el momento y nos dan otro nuevo alegrón. Mientras los leemos, llegan mis primos Toño y Carmiña, con los que habíamos quedado, y nos felicitan. Otro nuevo subidón, sobre todo para mí. Comentamos un poco el Camino, mientras tomamos una cerveza en la Plaza de la Quintana, y nos acompañan al Hostal La Salle, donde una vez más he reservado habitación.

Mientras nos duchamos, nos esperan nuevamente en la Plaza de la Quintana, y desde allí, paseando nos dirigimos al restaurante que han elegido. Es un bar de vinos de toda la vida, que da comidas y que conocen mis primos. Comemos empanada de vieira, pimientos de Padrón, croquetas de jamón y codillo, todo regado con un buen alvariño. Hablamos del Camino y de otros temas, una gran cena como colofón final al Camino. Gracias Carmiña y Toño por el recibimiento, la cena, el seguimiento de nuestro Camino y sobre todo por vuestra compañía. Tras la cena rematamos la noche con unos gintonics y nos vamos a dormir.

Toca descansar un poco, mañana hay que recoger el coche, saludar al santo y volver a Barcelona






domingo, 5 de julio de 2015

Etapa 15. Las Herrerías-Portomarín (4/7)

Etapa 15. Las Herrerías-Portomarín.  79 km. Desnivel 2059. Etapa 15 en WikilocEtapa 15 en Cicloide

Hoy toca etapón, o etapa reina. Tras preparar nuestras cosas como siempre, bajamos a desayunar. En la mesa está el mejor desayuno de todo el Camino: 6 piezas de fruta, 2 magdalenas, 8 tostadas de pan, mantequilla, mermelada, 1/2 litro de zumo, café con leche. Evidentemente no nos lo acabamos, y además nos ofrecen más. Pagamos la cuenta, preparamos las bicis y salimos.



Al principio el ascenso es suave,  encontramos numerosos peregrinos y los vamos saludando. Tras el puente empiezan las primeras rampas duras, decidimos que cada uno suba a su ritmo y haremos el ascenso por carretera. Tras este tramo Jordi decide parar para recuperarse, yo decido seguir. El recorrido es casi todo el rato por la sombra, por lo que no tengo el agobio de calor que tuvimos el año pasado. De todas formas las fuerzas están muy justas después de 15 días, el dolor en los muslos es importante, empiezo a sudar y mis amigas las moscas me rodean. 


A mitad del tramo largo que se ve en la foto,  no se cuanto mide, pero deben ser casi dos km. a más del 10%, aunque a mi me parece del 30, pues bien, a mitad de este tramo decido parar, en la entrada de un prado para poder arrancar. Estaba pillando a dos ciclistas, pero me da igual. Al lado, tengo a una peregrina extranjera que he alcanzado y con gestos se asombra de la dureza. Me recupero y veo que Jordi aún no viene.  Decido arrancar. 

Poco a poco me voy acercando a los otros dos ciclistas,  eso me anima un poco,  ellos deciden parar otra vez y les alcanzo. Nos animamos mutuamente diciéndonos que falta poco. Estamos más o menos a la mitad del ascenso desde Las Herrerías. Los adelanto y continuo el ascenso, que se suaviza y yo me encuentro mejor. Al girar y pasar a la otra ladera observo por donde viene Jordi y los otros dos ciclistas.

Llego a Laguna de Castilla, paro en el bar estratégicamente situado a la entrada, y tras recuperarme un poco, entro a pedir una coca cola. Cuando salgo, veo que llegan los dos ciclistas que he adelantado y justo detrás Jordi, le saludo y dejo que se recupere. 


Con las bebidas hablamos los cuatro, ellos son sevillanos,  uno de ellos, el que sube mejor, es su tercer Camino. Con la gracia habitual del sur nos reímos un rato. Ellos salen antes que nosotros, que lo hacemos al poco rato. Jordi comenta que ha sido muy duro.

Iniciamos este tramo cada uno a su ritmo, me separó un poco de Jordi y en la  segunda parada que hacen los sevillanos les alcanzo. El que está más fuerte me sigue y llegamos juntos arriba, donde esperamos a nuestros dos compañeros que llegan poco después. 


Llaneamos un poco y llegamos a O Cebreiro, damos unas vueltas y nos despedimos de los sevillanos, que pararán en Triacastela. Buen Camino.




El primer tramo del Camino que asciende al salir lo obviamos y hasta Linares lo hacemos por carretera, después cogemos el Camino, y pillamos una rampa de la leche. Es una chorrada lo que hemos hecho porque va casi pegado a la carretera. A partir de aquí, Jordi decide subir por carretera, yo sigo por el Camino, aunque intentaré evitar la última rampa antes del Alto de San Roque. No lo consigo y la tengo que hacer empujando, llego arriba agotado, donde ya me espera Jordi. Nos hacemos las fotos de rigor. 



Decidimos hacerlo por camino, hay algún repechón más que por carretera,  pero es más agradable y seguro. Por fin llegamos al Alto de Poio, se han acabado los puertos, Que Bien!!!! Pero no se han acabado las subidas,  ni de coña. 




Bajamos a Triacastela, es un descenso largo, al inicio suave, con algún tramo técnico, pero asequible. Empezamos a meternos en las primeras corredoiras. Que bonita es Galicia,  ya se que no soy imparcial por mis orígenes,  pero me da igual,  es innegable. 


Un poco antes de llegar a Triacastela,  encontramos este castaño,  según parece de más de 800 años, la de peregrinos que lo habrán visto.



Llegamos a Triacastela,  pasando antes por delante de esa casa, y cogemos el desvío a Samos. Al inicio es por carretera,  pero después es casi todo por corredoiras, precioso, pero rompe piernas total. Cuando bajas estás temiendo la siguiente subida.  Pasamos varias rampas muy duras.



Ahora entiende Jordi el significado de uno de nuestros gritos de guerra del año pasado, pero que bonito es!!!!!. Por fin aparece Samos y su monasterio.




Comemos en Samos, en el restaurante que está enfrente del albergue del monasterio, A Cova do Frade, bastante bien. Después reanudamos la marcha, siguiente objetivo: Sarria. Más de lo mismo, corredoiras, tranquilidad absoluta,  y sube y baja continuo,  con varias subidas duras


Llegamos a Sarria y nos tragamos el subidón de la calle Mayor, donde paramos a refrescarnos. Continuamos nuestro recorrido y salimos de Sarria por este puente. Son las 17.15 y nuestro objetivo es Portomarin.


Del recorrido nada que decir, todo igual, salvo dos subidas, una en la que los dos empujamos la bici.


Y, otra donde Jordi empuja y yo consigo hacerla en tres fases, parando para recuperarme.


 Es la hora de sacar las vacas a pastar, y por lo tanto aumenta el  tráfico en los caminos.


Del paisaje, nada que decir, mejor mirar las fotos.



Llegamos al punto donde parece que soló quedan 100 km a Santiago, ya queda poco para Portomarín, pero Jordi no se lo cree. 


Más tráfico, esto nos retrasa. ....



Iniciamos la bajada a Portomarín, y tras cruzar el puente llegamos a las escalinatas que suben al pueblo. Nosotros subimos por la carretera, durita la subida. En la plaza nos esperan mis padres, ya que están de vacaciones a 50 km, en Escairón.


Nos refrigeramos y mientras, busco hotel, pero esta todo lleno, solo queda sitio en la Pousada de Portomarin,  para allí vamos. Nos adecentamos y nos despedimos de mis  padres. Después cenamos en el Mesón de Rodríguez, bien, con nuestra ración de pulpo incluida.

Y a dormir,  mañana llegamos a SANTIAGO,  pero la etapa será larga,  intentaremos salir antes

Gracias a todos los que nos seguís, a los del chat del WhatsApp, a los del foro de bicigrino y a los del blog. Sin duda todos nos habéis hecho llegar hasta aquí.