Etapa 14. Rabanal del Camino-Las Herrerías. 77.5 km. Desnivel 1228 m. (3/7). Etapa 14 en Wikiloc. Etapa 14 en Cicloide
Rutina matutina a las 7 de la mañana y bajamos a desayunar. Casi todo el mundo parece haber salido.
Rutina matutina a las 7 de la mañana y bajamos a desayunar. Casi todo el mundo parece haber salido.
Empezamos la ascensión nada más salir del pueblo. Nos pilla y nos deja clavados un ciclista, sube como una moto. Realmente se hace duro iniciar la subida. Como duelen las piernas. Hacemos el primer tramo por el camino. El año pasado no lo hicimos y no recuerdo porque. Todo el tramo es bastante asequible, menos los últimos 25 m antes de salir a la carretera. Imposible hacerlo en bici, toca empujar, por eso no lo hicimos el año pasado, supongo.
A partir de aquí, Jordi decide subir por carretera, su portaequipajes reforzado con bridas así lo aconseja. Acierto pleno, nada más empezar, este tramo es un pedregal.
Consigo subir hasta Foncebadón, sin hacer empujing pero parando un par de veces para recuperarme. El ascenso tiene tramos muy duros, por el desnivel y por la dificultad técnica, sobre todo por la gran cantidad de piedras sueltas. Llego bastante cansado después de este tramo, pero continuo por camino.
Tras Foncebadón, continua el ascenso con una primera rampa por pista larga y dura, posteriormente se alterna con llanos y subidas duras y técnicas. Empiezo a sudar a pesar del fresco que hace y en los tramos lentos las moscas me rodean. Finalmente llega la recompensa, la Cruz de Ferro.
Cuando llego, Jordi llega al mismo tiempo. Ha parado a hacer fotos y a ponerse el cortavientos. Esto último es lo que hago yo al llegar. Sudado como estoy, el aire fresco intenso que hay, me deja tieso. Cojo las piedras y hago una foto con cada grupo de piedras de mis sobrinos y se las mando por WhatsApp. Es un momento especial, el primer objetivo está cumplido.
Dejo todas las piedras que traía juntas, pero cada una con su propio simbolismo. Ha sido un momento emocionante, pero no tan intenso como el año pasado. Unos compañeros bicigrinos con los que ya coincidimos en Astorga, nos hacen la foto. Ellos seguirán por carretera, al igual que Jordi.
Tras una breve bajada, paso por Manjarín, donde están nuestros dos compañeros
Nuevo tramo de ascenso antes de llegar a las antenas, con tramos difíciles, en uno de ellos tengo que empujar la bici unos 10 m. Todo el ascenso ha sido más duro de lo esperado. Por fin el descenso. Antes de iniciarlo, foto con estas vistas.
El descenso hasta El Acebo tiene tramos muy técnicos y con mucha pendiente, uno de ellos, justo antes del pueblo, con una curva de 180 grados, sobre roca que hago a pie. En El Acebo vuelvo a encontrarme con los dos ciclistas. Al salir del pueblo noto algo raro en la alforja derecha, está medio suelta porque se le ha caído un tornillo. Solución: lo fijo con un par de bridas. A ver si aguanta
El camino se las trae, en un tramo parecido al de la foto debo bajarme de la bici por sí acaso.
Tras más de una hora de descenso, llego a Molinaseca, las brídas aguantan, Jordi me está esperando en el puente. Le ha dado tiempo de almorzar, pero me acompaña a hacerlo yo.
En ésta plaza almorzamos
Salimos de Molinaseca para llegar a Ponferrada, tragándonos varias subiditas, sobre todo la de acceso a la ciudad.
Recorremos Ponferrada, pero antes nos refrigeramos con unas Coca Colas. Es la una de la tarde, pero decidimos continuar hasta Cacabelos, donde llegamos sin mucha dificultad. Buscamos un sitio para comer y lo hacemos en el Mesón Apóstol Santiago. Comemos menú, ensalada de pasta y jamón asado, buenísimo. De postre yo filloas con chocolate, estaban de muerte.... Totalmente recomendable, el dueño encantador también.
Justo un par de km antes de llegar oigo un ruido en la rueda posterior, algo roza, paro y busco la causa: un radio está roto. Espero que en Villafranca haya tienda de bicis. Llegamos por la iglesia de Santiago (XII-XIII)
Y por el castillo-palacio (XVI)
Continuamos avanzando y encontramos motos Urbano, colaborador de Bicigrino. Su hijo me repara el radio en un momento, encuentro tornillos para mi alforja, los dejó allí Tomás (Bicigrino), como repuestos, y también encontramos un portabultos anclado al eje para la bici de Jordi. Nos falta un eje más largo pero compramos en la ferretería un tubo roscado y el hijo de Urbano construye uno. De paso Jordi le cambia los frenos de la rueda delantera. En menos de una hora y media, todo solucionado. Muchas gracias a Motos Urbano, y el trato magnífico.
Nos dirigimos a Las Herrerías, por los tramos antiguos de la N-VI, que yo pasaba con mis padres en un Seat 600 cuando íbamos de vacaciones a Galicia. Cansados de los continuos sube y baja llegamos a Las Herrerías, y nos detenemos en el CTR El Paraíso del Bierzo
Toca dormir, mañana nos espera O Cebreiro, y entrar en mi querida Galicia
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