domingo, 12 de junio de 2016

Etapa 1. Valcarlos-Viscarritz (11-6)

Etapa 1. Valcarlos-Viscarritz. 49.18 km. 1801 m. de desnivel  (11-6)

Tras la buena cena de ayer, hemos descansado de maravilla, aunque en mi caso me he despertado antes de tiempo. Hemos recogido todo en las alforjas y las hemos dejado en la furgoneta. Juan Carlos nos esperará en Roncesvalles.








Hemos salido disparados aprovechando la bajada hacia SJPDP. Hemos llegado en 25 minutos.  Allí hemos desayunado y hemos hecho unas fotos por el pueblo.









Tras este paseo, hemos afrontado el ascenso al collado de Lepoeder. Nada más salir nos encontramos una dura rampa que nos obliga a quitarnos los chubasqueros. Es solo un aperitivo, se suceden nuevas rampas hasta llegar a Untto.

Tras Untto y un nueva y durísima rampa, llegamos a un atajo para los peregrinos, dudo si cogerlo. Jordi y Quim tienen claro que ellos no, ya han tenido que subir algún tramo haciendo empujing. Yo de momento he conseguido subir sobre la bici, pero con varias paradas para recuperar.




Finalmente subimos todos por la pista. Siguen las duras rampas y nos empieza a envolver la niebla. Nos colocamos los chubasqueros y poco  a poco empieza a lloviznar. Llegamos a Orisson empapados y bastante cansados. Las rampas han sido durísimas y con el frío y el agua peor. Entramos en el albergue y nos rehabituallamos un poco.




Salimos del albergue y nuevo repechón, ¿será mentira que se suaviza el ascenso? No, a partir de aquí es más asequible, pero la lluvia nos sigue calando. Cada uno sube a su ritmo, hasta llegar al desvío que deja la pista para subir al collado, allí nos juntamos los tres. Iniciamos el ascenso, al principio por un camino poco marcado en la hierba que dificulta la subida, hasta que al final, el desnivel y lo abrupto del terreno lo hacen no ciclable. Toca un pequeño pero duro tramo de empujing.

Ahora el Camino va por un sendero ciclable con subidas y bajadas, mucho más asequible, eso sí, seguimos mojándonos, aunque llueve menos, y estamos pelados de frío. Entramos en España sin enterarnos y tras varias y duras subidas, la última con piedra suelta, llegamos al collado.

Nos recuperamos e iniciamos el descenso a Roncesvalles, al inicio los tres por carretera, ya que el Camino es impracticable. En el siguiente cruce de camino y carretera yo decido cogerlo mientras Quim y Jordi siguen por carretera. Tras un buen inicio, el Camino se inclina y tras un pequeño descenso con la bici cruzada y derrapando decido hacer unos 200 m. a pie.


Reinicio el descenso en bici por un paisaje precioso. Ha parado de llover, y aunque el descenso es técnico, es una gozada.  Paro varias  veces para fotografiarlo y admirarlo.




Cuando llego a Roncesvalles, Jordi y Quim hace unos minutos que han llegado. Juan Carlos está esperándonos y se tranquiliza, ya que nuestra tardanza le había empezado a preocupar y ha intentado llamarnos por teléfono en varias ocasiones, pero estábamos sin cobertura. Vamos a sellar la credencial al albergue, es el primer sello, ya que nos habíamos olvidado las credenciales en las alforjas y no pudimos sellar en SJPDP.

Juan Carlos decide volverse a Barcelona ya que ya ha picado algo mientras nos esperaba. Nos despedimos y le damos las gracias por su apoyo.  El blog queda como testigo de su compromiso para hacernos de mochilero en el próximo Camino.




Comemos en Casa Sabina, muy bien, pasta y solomillo por 54 €. Cuando salimos e iniciamos el descenso estamos pelados de frío.


Poco  a poco con algunas subidas entramos en calor. Llegamos a Espinal y antes de Burguete hay un terrible repecho de 300 m. que subimos como podemos. Después bajada hasta el pueblo.








A la salida empieza un ascenso, al inicio aceptable, y que acaba siendo terrible, para llevarnos al Alto de Mequiriz. Descendemos por un sendero empedrado, con tramos de escalones, el primero lo pasamos a pie  y los demás sobre la bici. El paisaje sigue siendo alucinante.

Llegamos a Viscarret tras cruzar el río y como no, mojarnos los pies. A la entrada encontramos este Albergue, con foto homenaje a Mayte


Nos alojamos en la casa rural Amatxi-Elsa, justo a la entrada. Lo regentan una pareja de argentinos geniales, Jorge y Elsa. Cenamos, dormimos y desayunamos aquí,  como en casa

Tras ducharnos con agua calentita, que gozada, paseo por el pueblo y nos tonamos unos pinchos de tortilla y chistorra, con sidra, en el único bar del pueblo.


Cena totalmente casera realizada por la dueña argentina, maravillosa



Tras la cena a descansar,

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