viernes, 9 de mayo de 2025

Etapa 14. Rodeiro - Ponte Ulla (9/5). 61.5. Desnivel: 864 m

Penúltima etapa. Ya casi estoy. Hoy no parece muy dura salvo por la amenaza de lluvia.

Desayuno en el hostal Carpinteiras, todo muy bien salvo que no dan cenas. He coincidido con varios peregrinos que adelanté ayer, ya que también es albergue.

Al inicio predomina el descenso y la parte llana. Disfruto del Camino pero no dejo de pensar en la lluvia. Voy encontrando peregrinos como cada día. Poco antes de la foto encuentro un chubasquero en el camino. Lo recojo y lo pongo enganchado en el pulpo de la alforjas. Se ve en la foto. Espero encontrar al dueño. 


El recorrido transcurre paralelo al río Arnedo, y no solo el río lleva agua.


Antes de Penerbosa llega el primer ascenso duro con rampas de hasta el 16%.

Al final encuentro una peregrina extranjera que va totalmente ausente, no me extraña, y se asusta cuando llego. En mi primario inglés le pido que pare y le pregunto si no ha perdido nada y le señalo el chubasquero. La pobre mujer lo reconoce y me explica que si que es suyo y que seguramente le hará falta. Me da las gracias y me lanza besos. Nos despedimos con un Buen Camino. Esto es el Camino....

El recorrido hasta Lalín es un continuo rompepiernas con tres ascensos más largos que tienen rampas del 15%. Sigue haciendo frío, las rampas me ayudan a entrar en calor, pero luego el sudor se enfría y vuelta a tener frío. Al llegar a Lalín paro para recuperar fuerzas y calor. Dos colacaos con churros.

La salida de Lalín es por un paseo por el lado de un río que llaman Rego das Cabirtas. Es un trayecto muy agradable que nos deja en el polígono de Lalín

El recorrido mantiene las mismas características rompepiernas, con tramos inundados, alguna rampa dura y un paisaje de prados y bosques de robles y castaños con algunos pinos y eucaliptos.


Así llego a un lugar alucinante. A Ponte Taboada, del siglo X, sobre el río Deza. Llamo a Mayte y comparto este momento con ella y Álvaro. La sensación de paz y tranquilidad es alucinante.





Tras una dura subida inicial por una rampa empedrada continuo hasta Silleda


Al llegar a Silleda es la una y aún no ha llovido, aunque amenaza. Recuerdo que hace dos años cuando hicimos el Camino Sanabrés cenamos en una pulpería. Al ver el anuncio la recuerdo, pulpería Rubio y hacia allí voy. Evidentemente como pulpo. Buenísimo.


Nada más empezar a comer empieza a llover como si no hubiese llovido nunca. Cuando baja un poco la intensidad me abrigo más y me pongo el chubasquero.

Faltan 21 km hasta Ponte Ulla. Los hago todos lloviendo bastante, por lo que solo me dedico a pedalear. El recorrido mantiene las mismas características pero es imposible parar a hacer una foto y además solo pienso en llegar al hostal.

Llegó al hostal, en el que hay bastantes peregrinos, con un aspecto bastante lamentable. Pacto con la encargada dejar mañana las alforjas y volver desde Santiago a buscarlas. Así iré más cómodo y más rápido.

Ducha reparadora, desconexión en la habitación y cena. Mañana última etapa de unos 20 km. Parece mentira pero estoy a punto de llegar a Santiago. Espero hacerlo sin lluvia.

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