Desayunamos en el hotel La Barra, bueno y variado y, excelente trato del dueño. Dejamos las alforjas preparadas para que las recoja Correos y salimos con una mañana nublada y fría. Debemos ascender el puerto del Acebo de 1.050 m.
Ascendemos por pistas y caminos, con rampas cortas y duras que tanto nos gustan, sobre todo a primera hora, para llegar a Castro. Continuamos por carretera y llegamos al Alto del Acebo
Después de un sube y baja llegamos a Galicia, como no puede ser de otra forma, foto
Volvemos a subir para llegar a la primera aldea gallega, O Acevo, son casi las once y decidimos hacer la primera parada. El local es pintoresco y en seguida se llena de peregrinos .
Nos recuperamos energéticamente y salimos a la carretera donde volvemos a Coronar el Alto del Acebo, versión gallego, con 20 m. más de altura que el asturiano.
El primer tramo del descenso lo hacemos por carretera y luego seguimos el Camino, evitamos de esta forma un nuevo subidón al Chao de Follons. Nos acercamos a Fonsagrada, primero en descenso y luego hay un duro ascenso que nos deja en el centro del pueblo. Buscamos cajeros y reponemos también el bolsillo, después reponemos el estómago en la pulpería O Caldeiro
Salimos pasada la 1.30 h, como siempre, después de comer, salimos en subida. El recorrido es un continuo subir y bajar, en general el Camino está bien preparado, mucho mejor que en las comunidades anteriores, pero sigue habiendo numerosas rampas inhumanas que sobrepasan el 15% e incluso llegan al 20, como contra partida los paisajes son únicos.
Pasamos el marco de los 150 km a Santiago.
Continuamos el recorrido y en un importante descenso llegamos a Paradavella
Aquí una señora nos dice que vayamos a La Lastra por carretera, ya que la subida anterior a esta aldea es imposible hacerla en bici. Le hacemos caso y llegamos a La Lastra tras un pesado tramo de carretera en ascenso. Allí tomamos el último refrigerio, cocacolas y cacahuetes. Mientras estamos allí llega un peregrino que salió de Grandas de Salime a las 9, y que hemos adelantado varias veces, A tardado lo mismo que nosotros en bici, eso si no ha comido y pide allí el menú. El chaval es un máquina, charlamos un rato con él, y reanudamos la marcha
Nuevamente tramos de durísimo ascenso se alternan con otros normales, y al final un largo y divertido descenso nos deja en Castroverde. Lavamos las bicis y llegamos a la pensión. Muy sencilla, pero limpia y la chica super agradable, pero todo el conjunto es peculiar .
Tras ducharnos, decidimos salir a cenar. Los dos restaurantes del pueblo dicen que hoy no dan cenas. Susto. Con el hambre que tenemos ¿Nos quedaremos hoy sin cenar.?
Volvemos a nuestra pensión y allí tomamos una cena casera, pero rica, y a dormir. Sólo quedan dos etapas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario