Por fin una etapa normal, sin lluvia y con unos desniveles aceptables.
Hemos desayunado en nuestro hostal, la Solana Montañesa, variado, con embutidos caseros y, muy buen trato por parte de los dueños. Hemos coincidido con un grupo de 6 peregrinos catalanes, de Granollers, que al ver mi maillot de Sant Joan, me han preguntado, en catalán, si estábamos haciendo el Camino. Ellos habían empezado en Santander, éste año, y pensaban llegar hasta Oviedo. Cada año hacen entre 7 - 8 etapas. También llevan una furgoneta de apoyo. Tras el desayuno y desearnos Buen Camino, hemos iniciado la etapa, la última con Juan Carlos acompañándonos. Una vez más ha buscado una lavandería para nuestra ropa, y después ha recogido todo el equipaje y a seguirnos.
Hemos abandonado Comillas con fresco, pero con sol. Los primeros kilómetros han sido por carretera bordeando la costa.
Hemos abandonado la carretera de la costa para seguir por pistas asfaltadas y en ascenso, hacia El Tejo, y hemos pasado por el alojamiento que a Juan Carlos le parecía que estaba "encima de una montaña".
Por pistas asfaltadas en su mayoría, y con alguna dura rampa, como debe ser, nos hemos acercado a San Vicente de la Barquera.
Tras cruzar el puente hemos decidido seguir el Camino y no visitar el pueblo. Hemos seguido por una dura rampa que nos ha llevado a un cruce con dos posibilidades para seguir el Camino. Hemos optado por la que no tenía subida. Error, 200 m. después ha girado a la izquierda y se ha transformado en una dura y larga rampa superior al 15% que nos ha dejado fritos y con la sensación de que nos tomaban el pelo.
Tras pasar La Acendosa una pista nos conduce a Hortigosa en un dura y larga rampa, con porcentajes superiores al 15%.
La subida ha sido agotadora, pero por lo menos nos permite ver los Picos de Europa totalmente nevados. Descendemos hasta Pesues, donde aprovechamos para reponer fuerzas con un colacao caliente y un sobado. Aunque luce el sol, sigue haciendo fresco.
Proseguimos hacia Unquera, al ponernos en marcha, la cadena de Jordi se queda trabada y le provoca unas pequeñas heridas en la pierna. Ascendemos hasta el Val de San Vicente y por un camino en descenso, con tramos de barro, en uno de los cuales meto los pies, nos acercamos a Unquera. donde nos espera Juan Carlos, charlamos un rato y decidimos comer en Vidiago.
Salimos de Unquera y entramos en Asturias iniciando el cuarto y duro ascenso hasta Colombres.
Desde aquí el recorrido se hace mucho más llevadero, con bastantes tramos por carreteras sin tráfico, por lo que antes de las dos llegamos a la sidrería de Vidiago, donde nos espera Juan Carlos, que parece un parroquiano más del lugar. Hace sol y una buena temperatura que nos permite comer fuera, al sol.
Decidimos llegar hasta Nueva para dormir. Juan Carlos concreta el hotel y se dirige hacia allí para confirmarlo.
Nosotros reanudamos la marcha, nos salimos de la carretera en Puertas de Vidiago
Antes de Llanes, el Camino abandona la carretera para iniciar un duro ascenso a una ermita. Decidimos obviarlo y llegar a Llanes por carretera, dando un pequeño paseo por el pueblo, sin seguir el recorrido del Camino.
Por un trazado muy agradable y con buena temperatura llegamos al Monasterio de San Antolín de Bedón
Es el primer día que realmente disfrutamos del Camino. Continuamos hasta Naves por un sendero que hoy el fango permite el paso, pero intuimos que hace un par de días habría sido imposible .
Rápidamente llegamos por pistas, a veces enfangadas, a Nueva, donde nos espera Juan Carlos en el Hostal La Llastra
Tras adecentamos, vamos a Nueva a cenar, lo hacemos en la sidrería Muros, con una parrillada de carne en honor a Juan Carlos regada con un buen vino, y previamente, mientras hacíamos tiempo, con unas sidras.
Tras semejante cenorrio, vuelta al hostal y a dormir. Mañana tocará despedirse.
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