sábado, 5 de octubre de 2019

Etapa 7. Nájera - Burgos

Etapa 7 Nájera - Burgos (27-9-2019). 96 km. 1.120 m. de desnivel

Hemos descansado de maravilla en el Albergue Puerta de Nájera. Preparamos nuestras bicis con sus alforjas y nos abrigamos un poco más que los últimos días. Todavía es de noche a las 7.45 h, y la mañana es fresquita. Desayunamos en el Café Navarra, en la calle de al lado de la pensión, muy bien también.


Iniciamos la marcha con la dura subida que hay a la salida de Nájera, consigo hacerla con bastante dignidad, parece que me voy recuperando.




Bajamos hacia Azofra rodeados de peregrinos, con José y Paco escapados como siempre. Poco después de Azofra nos encontramos con ellos en sentido contrario. Paco nos dice que se ha dejado la linterna en el Albergue y que vuelve a por ella, José dice que le acompaña, y nos dicen que sigamos, que ya nos pillarán. Estamos a casi 10 km, por lo tanto ellos harán 20 km más que nosotros.

Empezamos los 5 km de subida a Cirueña, antes de Santo Domingo. La subida se va endureciendo, sobre todo el último km. En este tramo Enrique se adelanta para parar un momento en un bar, y después Jesús decide dejarme subir a mi ritmo. Casi al final de la subida hay un área de descanso, poco antes del campo de golf, donde me está esperando Jesús, y donde han instalado un puesto ambulante que ofrece de todo al peregrino, a cambio de la voluntad: fruta, bebida fría y caliente, comida.

Jesús y yo decidimos comernos la última manzana que nos queda y le pido una navaja al "hospitalero"  que con mala cara me la deja, y me confirma que su interés es claro, que cojamos algo y le demos la voluntad. Está claro que todo el mundo le dará un euro como mínimo, mucho mejor negocio que ponerle precio. Cosas del "otro" Camino.

Arrancamos y nos dirigimos hacia Cirueña a buscar a Enrique, no lo encontramos y creemos que nos esperará en Santo Domingo. Bajo a Santo Domingo a toda velocidad sin encontrar a Enrique, paro en la plaza de la Catedral y llamo a Jesús que se ha quedado atrás. Me comenta que Enrique estaba en Cirueña en un bar a la entrada y que viene detrás nuestro. Cuando llega Jesús me dice que Paco y José ya están subiendo Cirueña. Llega Enrique y mientras le doy aire a mi rueda trasera, llegan Paco y José, han hecho 40 km y nosotros 20. Llegan algo tocados, se han pegado un tute bestial, sobre todo José, ya que Paco lleva bici eléctrica. Buscamos una tienda de bicis para que José compre una cámara, ya que había pinchado días atrás, y yo aprovecho para comparar unos melocotones, Comemos un par de ellos, compramos la cámara y yo termino de hinchar la rueda, y arrancamos nuevamente. Aún sigue haciendo fresco aunque ya es media mañana. De momento me encuentro bien, parece que me he recuperado.

Llegamos a Grañón tras una pequeña subida y decidimos parar a reponer fuerzas. Lo hacemos delante de la iglesia. Unos buenos pinchos de tortilla con un vino rosado fresquito, y después un par de los melocotones que habíamos comprado.

Continuamos con trayecto ascendente, pasando por el límite con Castilla-León.



Después de Redecilla del Camino, seguimos en paralelo a la N-120, y empieza a soplar viento de cara que nos dificulta la marcha. Como siempre, y a pesar del tute que se han dado, José y Paco se alejan progresivamente de nosotros. Después de un tramo de bajada, llegamos a Belorado, a la salida nos están esperando nuestros dos compañeros.

Reiniciamos la marcha, ya en trayecto claramente ascendente, y con viento en contra. Estamos empezando la ascensión a los Montes de Oca, Son 13 km de ascensión prácticamente continuos con un descanso antes de Villafranca. Nuevamente Paco y José, se marcan su ritmo, y Enrique y Jesús se adaptan al mío. En Espinosa del Camino decido parar a la salida del pueblo, en una fuente con una especie de abrevadero moderno, donde primero yo y después, Enrique, metemos nuestras piernas, mientras yo me como otro melocotón. Que delicia, el agua fría en las piernas, me quedaría horas allí.

Reinicio la marcha antes que ellos, ya que probablemente me pillarán. Parece que el descanso me ha sentado bien y asciendo bastante cómodo, aunque con ganas de llegar a Villafranca. Llego en solitario, donde nos esperan Paco y José, y poco después llegan Enrique y Jesús. Llamamos al refugio de Atapuerca para reservar, pero resulta que no reservan. Nos tomamos unas cervezas, descansamos, comemos algo de fruta e iniciamos el ascenso a la Pedraja

El inicio, tras pasar la iglesia, es duro, y eso que obviamos el atajo a pie que utilizan los peregrinos. Cada uno subimos a nuestro ritmo, obviamente Paco y José desaparecen pronto. Tras llegar al mirador, la subida se suaviza durante unos metros pero luego vuelve a aumentar la pendiente. Cuando llego arriba debo parar a descansar. He conseguido subirla, en la situación que estaba el día anterior no lo hubiese conseguido, lo que me anima bastante. Cuando me recupero sigo ascendiendo, y poco antes del monumento a los republicanos fusilados en 1936, me esperan Enrique y Jesús.


Nos recuperamos y yo arranco antes las subida que falta, aún queda un duro repecho de piedra suelta que no recordaba, intento hacerlo montado, pero al final pierdo tracción y el último tramo debo hacerlo empujando. Llego a la famosa V de la Pedraja y tras el descenso, la parte de subida la hago empujando.

Cuando estoy arriba, veo que Enrique y Jesús están iniciando el descenso. Inicio el descenso hacia San Juan de Ortega, a toda velocidad, casi no hay peregrinos a pie, y puedo ir rápido. Esperaba encontrar a Paco y José, pero no los veo, decido esperar a Enrique y Jesús. Cuando llegan me dicen que los dos escapados nos esperan a la salida de San Juan

Decidimos no arriesgarnos a ir a Atapuerca y no encontrar alojamiento, y cogemos la variante de Ibeas de Juarros hasta Burgos, evitando la dura subida a Atapuerca. Es un trayecto con perfil descendente, por un buen andadero, pero se hace muy largo, algo más de 20 km que hacemos a buen ritmo.


Llegamos a Burgos y nos dirigimos al Albergue municipal. Estamos bastante cansados, sobre todo Paco y José que han hecho 20 km más que nosotros. Son casi las 19 h, debemos instalarnos y ducharnos con rapidez, ya que tenemos que cenar y volver antes de las 22 h, ya que a esa hora cierran el albergue y apagan las luces.

Hay un ambientazo en Burgos, lo que nos dificulta encontrar un lugar para cenar. Finalmente lo hacemos en La Cabaña Arandina, espectacular a un buen precio



Volvemos al albergue y llegamos 10 minutos antes del cierre. Subimos a la habitación comunitaria de literas y al poco rato apagan las luces. Espero no pasar frío, todos llevan saco de dormir menos yo, me tapo un poco con la toalla y una sábana bajera.

Ha sido imposible escribir la crónica. Lo siento por todos los que me seguís, la esperanza es escribirla al día siguiente, en casa de Paco.







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